Viva el sentidiño
¡El Partido Popular lo ha vuelto a hacer! Ganar las elecciones gallegas por mayoría absoluta. Galicia ha votado con sentidiño, con lealtad al Estado, ha dicho no a los chantajes, no a la desigualdad, no a los privilegios, no a los muros. Ha dicho sí a tender puentes, sí a la moderación, sí al trabajo bien hecho.
Lo que es incomprensible es que Vox, en vez de hacer una autocrítica por los malos resultados obtenidos, cero escaños en el Parlamento gallego, en su obsesión contra el PP, no contra la izquierda, nos eche la culpa del ascenso del nacionalismo cuando es evidente que Pedro Sánchez ha encumbrado al nacionalismo y al independentismo y es el responsable de que el BNG haya recogido el voto útil de la izquierda. Vox debería de revisar sus planteamientos y tomar nota de lo ocurrido en Galicia porque a lo mejor, lo ocurrido, es contagioso en toda España.
El Partido Popular de Galicia ha obtenido el respaldo del 47% de la población gallega y recibido el apoyo de más de 688.000 gallegos. El Partido Socialista ha cosechado el mayor fracaso de su historia. Ni la excesiva presencia de Sánchez ni de Zapatero en tierras galaicas han frenado la hecatombe. El PSOE, como algún dirigente suyo ha dicho, se está desdibujando y desintegrando. No vale echar la culpa de la sinrazón de los pactos del gobierno sanchista a su candidato Besteiro. ¡Pío, pío, que yo no he sido!
En este balance electoral no puede faltar una mención al estrepitoso resultado obtenido por Sumar, formación a la que pertenece Más Madrid, sin escaño en el Parlamento, perdiendo, incluso en el pueblo de su lideresa Yolanda Díaz, y al ridículo resultado de Podemos habiendo cosechado menos votos que el PACMA.
El resultado de las elecciones gallegas deja en evidencia el desmantelamiento del PSOE por parte de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder, convirtiendo al Partido Popular en el único partido de Estado, en el único referente de la unidad de España y en la gran esperanza para la mayoría de los españoles. Gracias Partido Popular de Galicia, gracias, Alfonso Rueda y gracias Alberto Núñez Feijóo.
¡Viva el sentidiño!