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Madrid se vuelca con Valencia

 

La catástrofe generada por la última DANA, que se ha cebado sobre todo con la provincia de Valencia, en la que han perdido la vida más de doscientas personas, destruido más de setenta municipios, nos ha dejado dos comportamientos: los que ayudan sin que lo pidan y los que no; los que buscan rédito electoral y los que son solidarios con sus hermanos.

El Ayuntamiento de Madrid ha enviado personal de los servicios de limpieza, EMT Madrid, Policía Municipal, Bomberos y SAMUR-Protección Civil. La solidaridad de los madrileños ha sido ejemplar con el pueblo valenciano volcándose en la entrega de productos de primera necesidad para ayudar a paliar los devastadores efectos de la DANA en numerosos puntos de la provincia levantina.

No hizo falta esperar a que nos pidieran ayuda. Cuando una catástrofe de esa magnitud tiene lugar, es urgente colaborar y cooperar con quienes están sufriendo esa tragedia, máxime por parte del gobierno español.

Los desastres naturales no deben de ser escenarios de confrontación política. Es indiferente qué partido político gobierna un municipio o una Comunidad Autónoma. ¿O es que en función de quién gobierne se actúa de una manera o de otra?

Quiero pensar que no es así porque buscar rédito electoral cuando se han perdido muchas vidas, cuando hay familias que lo han perdido todo, municipios que tardarán tiempo en reconstruirse, sería propio de mentes muy mezquinas que no merecen dirigir un país.

Lo ocurrido con la DANA ha sido y es devastador. No es aceptable que Sánchez utilice “si necesitan recursos que los pidan”. Es más, con Sánchez la cogobernanza es buscarse la vida cuando hay un desastre. La ayuda se presta cuando se necesita y no cuando interesa. Igual que no es aceptable no decretar la emergencia nacional porque la propuesta nace de Alberto Núñez Feijóo, pero quince días después reconocer en el BOE la situación de emergencia nacional para garantizar la permanencia de un mando policial.

Con los desastres no se hace política interesada, se hace país, se hace POLÍTICA con mayúsculas.

Carlos Izquierdo

Portavoz