Agonía de una legislatura
Si preguntáramos a los madrileños que definieran con una sola palabra el gobierno de Pedro Sánchez _ahí va una idea para el próximo CIS de Tezanos_, seguramente la palabra más utilizada sería: corrupción y la segunda, probablemente sería el verbo mentir.
Pedro Sánchez ha pasado del No es No, al NO es SÍ, al SÍ es NO y a lo que mande Puigdemont porque cada asunto que quiere aprobar, lo tiene que negociar. Es una legislatura, no de medidas legislativas, sino de a tanto va la pieza como si estuviéramos en Mercamadrid de madrugada, pero sin encontrar gangas.
Primero no iba a haber amnistía, después no se iba a amnistiar el terrorismo, luego el terrorismo se iba a amnistiar (un poquito) y finalmente amnistían, todo el terrorismo, la alta traición y la corrupción porque la legislatura de Sánchez es la legislatura del chantaje permanente y de la mentira permanente.
Nunca se había visto que en una negociación el que pierde, celebrara la pérdida, hasta que vimos a Bolaños felicitarse a sí mismo por el acuerdo llegado con el protagonista que va a ser amnistiado, el prófugo Puigdemont. Nunca España había tenido un gobierno tan sumiso, tan débil y tóxico para los españoles.
La única manera conocida de Pedro Sánchez para mantenerse en el poder es llenando las instituciones de amigos y afines, regalando privilegios a los socios de gobierno y amparando la corrupción. Por mucho que quiera embarrar la actualidad implicando al PP, para tapar sus vergüenzas de corrupción política y económica, no hay que subestimar la inteligencia de los españoles.
Los españoles saben que Sánchez no tiene principios ni palabra, que carece de convicciones y de escrúpulos. Saben que su gobierno pende de los que diga Puigdemont y de lo que calle Ábalos. Es una legislatura agónica y podrida sin muchas opciones de continuidad.
Como ha dicho nuestro presidente Feijóo “aprobar la amnistía, equivale a decir que somos una nación fallida que tiene que pedir perdón” a quienes atacaron al país. “No lo vamos a consentir, somos la voz de los españoles que no se resignan a ver demolida la democracia de su país”.